Hayy: Celebración de paz


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¿Dónde estoy?

Más de dos millones de personas me rodean. Todos tenemos un objetivo en común, un propósito para estar aquí juntos. No me destaco entre los demás. No hay signos de riqueza o grandeza en mí. Ningún reloj Rolex ni zapatillas Nike que me marquen como alguien rico. Soy solo una persona en un mar de humanidad. Soy blanco o negro, amarillo o rojo, el color de mi piel no es importante. Soy de Europa, Asia o Suramérica, mi hogar es cualquier rincón de este ancho mundo. La gente a mi alrededor es joven y vieja, hombres y mujeres, ricos y pobres. Representamos a la humanidad en nuestra diversidad, sin embargo estamos juntos. Somos unidad en la diversidad.

Estoy en el Hayy

El Hayy es uno de los cinco pilares del Islam. Los musulmanes declaran que no hay divinidad digna de alabanza sino solo Al-lah y que Muhammad es Su mensajero. Ellos rezan, ayunan, pagan la caridad obligatoria y van al Hayy. El Hayy es una peregrinación a la ciudad de La Meca en Arabia Saudita. En la mezquita y en el área que la circunda, los musulmanes realizan oraciones y rituales. El Hayy es un acto obligatorio que realizan una vez en la vida todos los musulmanes mental, física y financieramente capaces.

“Es obligatorio para las personas peregrinar a este templo si se encuentran en condiciones [físicas y económicas] de hacerlo. Pero quien niegue lo que Dios ha prescrito, sepa que Dios no necesita de Sus criaturas”. (Corán 3:97)

Cada año, musulmanes de todo el mundo se reúnen para adorar a Dios. Llegan a Arabia Saudita en avión, bus, carro, etc. Algunos soportan grandes dificultades, otros simplemente compran un tiquete de primera clase, pero todos llegan como iguales. La gente hace este viaje preparada para estar en la Casa de Dios (o Kaaba) y afirmar su amor por Dios y Su religión, el Islam.

“Convoca a la gente a realizar la peregrinación; vendrán a ti a pie o montados, desde todo lugar apartado”. 

(Corán 22:27)

El Hayy son varios días de devoción total al Dios Único. Los musulmanes se reúnen a celebrar Sus alabanzas, pedirle perdón y demostrar unidad solo por Su causa.

Por todo el mundo islámico, el Hayy es un símbolo de unidad. A pesar de que los musulmanes pueden estar divididos debido a muchas influencias foráneas –como dinero, política, disputas limítrofes u otros asuntos mundanos–, el Hayyes el gran nivelador. En el Hayy todos los musulmanes son iguales, no hay nada en la realización de sus rituales que haga a una persona mejor que otra.

Más de dos millones de musulmanes están en el mismo lugar, vistiendo las mismas ropas sencillas, siguiendo los mismos rituales y diciendo las mismas palabras. Están unidos en su devoción a Dios. El hombre negro está parado al lado del hombre blanco y ambos llaman a Dios a una sola voz. El rey se para al lado del mendigo y ambos declaran su sumisión a la voluntad de Dios utilizando las mismas palabras.

Los musulmanes de todos los rincones del globo están unidos en su sumisión a la voluntad de Dios. Claman como si fueran una sola voz: “Aquí estoy, ¡oh, Dios!, aquí a Tu servicio, y Tú no tienes asociados. Aquí estoy. Todas las alabanzas, la gracia y el dominio pertenecen a Ti. No tienes socios”. Esta súplica es repetida en varias ocasiones por los peregrinos. Es su respuesta al llamado de Dios a los musulmanes para que realicen el Hayy.

Estas palabras son repetidas con alegría y respeto por todos, independientemente de su estatus o clase. Algunas personas están tan sobrecogidas por la emoción que lloran, otros se sienten eufóricos y felices como nunca antes. Cada persona siente que es uno solo entre millones, respondiendo el llamado de Dios, y Dios escucha sus súplicas y ve su llegada. Los peregrinos se sienten maravillados de ser los invitados de Dios, el Más Misericordioso. Cada uno asiste a este encuentro por la invitación de Dios, no por la invitación de un gobierno u organización, ni a petición de un familiar o amigo.

El Hayy se realiza porque Dios ha invitado a los creyentes a congregarse. Independientemente del lugar de nacimiento, nacionalidad, etnia, género o estatus, todos son bienvenidos y todos son iguales ante los ojos de Dios. Los musulmanes se reúnen para conocerse unos a otros y demostrarse entre sí y ante el mundo que están unidos. Unidad en la diversidad. Están unidos por su adoración al Único Dios.

“¡Oh, seres humanos! Los he creado a partir de un hombre y de una mujer, y los congregué en pueblos y tribus para que se reconozcan los unos a los otros. El mejor de ustedes ante Dios es el de más piedad. Dios todo lo sabe y está bien informado de lo que hacen”. 

(Corán 49:13)

El Islam es la religión de la unidad. Repetidamente en todo el Corán, Dios les recuerda a los creyentes que deben mantenerse unidos y buscar fuerza a través de la unidad. El Hayy personifica esta unidad. Gentes de todas las razas y colores se reúnen en sumisión a la voluntad de Dios. Los musulmanes son una hermandad y vienen juntos con un propósito y un deseo de paz.

“Los creyentes son hermanos entre sí; reconcilien a sus hermanos y tengan temor de Dios para que Él les tenga misericordia”. 

(Corán 49:10)

“Aférrense todos a la religión de Dios y no se dividan en sectas. Recuerden la gracia de Dios cuando los hermanó uniendo sus corazones siendo que eran rivales unos de otros; y cuando se encontraban al borde de un abismo de fuego, los salvó de caer en él. Así les explica Dios Sus signos para que sigan la verdadera guía”. 

(Corán 3:103)

El Hayy es la mayor reunión anual de musulmanes, y es la reunión más grande de gentes unidas por la paz y la serenidad que es el Islam. Está prohibida cualquier cosa que perturbe la tranquilidad del Hayy. No importa lo que esté sucediendo en el mundo material, durante el Hayy la paz prevalece.

Los musulmanes se reúnen y su diversidad es una maravilla para la vista. El viejo parado al lado del joven, el rico parado al lado del pobre, gente de todos los colores y nacionalidades parados hombro con hombre en oración y realizando rituales uno al lado del otro. El Profeta Muhammad, que Dios lo bendiga, dijo: “En su amor, bondad y compasión por los demás, los creyentes son como un solo cuerpo”[1]. Los musulmanes durante el Hayy son un solo pueblo, un mar tranquilo de humanidad, reunidos para adorar al Dios Único. Los musulmanes vuelven sus rostros en una misma dirección y se someten a la voluntad de Dios. Están unidos por su amor a Dios, unidos en su diversidad.

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