Las profecías sobre Muhámmad En la Biblia : Las profecías del antiguo testamento


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“Yo (Dios) haré surgir un Profeta de entre su hermanos, que será como Moisés, pondré mis palabras en sus labios, y él hablará diciendo lo que yo le ordenaré.” (Deuteronomio 18:18)

Muchos cristianos creyeron que este Profeta era Jesús, y de hecho, Jesús es anunciado en el antiguo testamento repetidas veces.

Sin embargo, esta profecía no se ajusta a la descripción de Jesús, pero sí se ajusta perfectamente a la descripción del Profeta Muhámmad:

1.      El Profeta sería como Moisés:

 

Puntos comparados

Moisés

Jesús

Muhámmad

Nacimiento

normal

Milagroso (de una madre virgen)

normal

Misión

profeta

Fue dicho que era hijo de Dios

Profeta

Padres

Padre y madre

Sólo tuvo madre

Padre y madre

Vida familiar

Casado con hijos

Nunca se casó

Casado con hijos

Aceptación de su pueblo

Los judíos lo aceptaron

Los judíos lo rechazaron

Los árabes lo aceptaron

Autoridad política

La tuvo

(Num. 15:32)

La rechazó

La tuvo

Victorias sobre sus oponentes

Venció al Faraón

Fue dicho que lo crucificaron

Venció a los Mecanos

Muerte

Muerte natural

Fue dicho que lo crucificaron

Muerte natural

Entierro

Sepultado en una tumba

Su tumba esta vacía

Sepultado en una tumba

Divinidad

Nadie dice que sea divino

Los cristianos lo consideran un dios

Nadie dice que sea divino

Edad de inicio de su misión

40

30

40

Resurrección

Aún no resucitó

Fue dicho que resucitó

Aún no resucitó

 

 

 

 

2.      El Profeta surgiría entre los hermanos de los judíos

Aquí se dice que el Profeta surgiría de entre los hermanos de los judíos. Abrahám tuvo dos hijos: Isaac e Ismael, los judíos son la descendencia de Jacob, el hijo de Isaac y los árabes la descendencia de Ismael.

La Biblia dice:

“Y él (Ismael) habitará frente a sus hermanos” (Génesis 16:12)

“Y él (Ismael) murió frente a sus hermanos” (Génesis 25:18)

Por tanto, los descendientes de Isaac son hermanos de los de Ismael, y Muhámmad, era descendiente de Ismael.

3.      Dios pondría Su Palabra en boca del Profeta esperado

El Corán dice sobre Muhámmad:

« No habla de acuerdo a sus pasiones, sino que sólo trasmite lo que le hemos revelado » (Corán 53: 3-4)

Este significado es similar a lo que encontramos en Génesis 18:15:

“Yo (Dios) haré surgir un Profeta de entre sus hermanos, que será como Moisés, pondré mis palabras en sus labios, y él hablará diciendo lo que yo le ordenaré.”

El Profeta Muhámmad trajo un mensaje destinado a toda la humanidad, incluyendo a los judíos, y por tanto toda la humanidad debe aceptar su mensaje, incluidos los judíos, a esto se refieren las palabras:

El Señor, tu Dios, hará surgir un Profeta de entre vuestros hermanos, y deberéis obedecerle. (Deuteronomio 18:15)

4.      Dios advierte a los que lo refutan

La Profecía continúa diciendo:

Y aquellos que se nieguen a escuchar a quien habla en mi nombre, Yo tomaré cuentas de ello. (En otra versión: Yo me vengaré de ellos) (Deuteronomio 18:15)

Es notorio que cada capítulo del Corán comienza con la fórmula:

Bismillahi Rahmani Rahim (En el nombre de Dios, El Clemente, El Misericordioso)

Ahora veremos las opiniones de algunos sabios sobre estos temas:

El primero

‘Abdul Áhad Dawud, conocido antes de islamizarse como el Reverendo David Benjamín Keldani, era un sacerdote católico romano de la secta unitaria-caldea, y escribió el libro “Muhámmad en la Biblia”, donde dice sobre esta profecía:

“Si estas palabras no se aplican a Muhámmad, la profecía no se ha cumplido.  Jesús nunca dijo ser el Profeta al que se refieren estas palabras, incluso los propios discípulos de Jesús sostuvieron este punto de vista, esperando que se cumpliría antes de la segunda vendida de Jesús.  (ver Hechos 3: 17,24).  Queda claro que Jesús en su primera venida no es el Profeta indicado, por lo que esta profecía debería cumplirse entre la primera y la segunda venida de Jesús.  Tal como afirma su iglesia, Jesús no trajo nuevas leyes, sino que vendría como juez, aunque anunció a otro, que traería una ley en su mano derecha.

El segundo

Muhámmad Ásad nació con el nombre de Leopold Weiss, en 1900 en la ciudad de Lvov, entonces parte del Imperio Austro-Húngaro y hoy Polonia, provenía de una familia de rabinos, tradición cortada por su padre, quien se convirtió en abogado.  Ásad recibió una educación en los valores religiosos de su familia, y sus padres deseaban mantener en él la tradición familiar, por lo cual estudio, conociendo el hebreo y el arameo, los textos en idioma original del antiguo testamento, y los comentarios del Talmud, el  Mishna y Gemara, así como el Tagun, la exégesis bíblica.

Comentando el versículo coránico:

“Y no mezcléis lo verdadero con lo falso, ni ocultéis la verdad que conocéis.” (Corán 2:42)

Ásad dice:

El mezclar la verdad con la mentira, es lo que ocurre con la corrupción del texto de la Biblia, de la cual frecuentemente el Corán acusa a los judíos.  Y ha sido establecido por la crítica conceptual objetiva, que los judíos alteraron el contenido de la Biblia.

En cuanto a ocultar la verdad, se refiere a malinterpretar deliberadamente las palabras:

“El Señor tu Dios, hará surgir un Profeta de entre tus hermanos, que será como yo y deberéis obedecerle como a mí” (Deuteronomio 18:15)

Y las palabras atribuidas a Dios: Y haré surgir un Profeta de entre vuestros hermanos, y pondré mis palabras en su boca” (Deuteronomio 18:18).  Los hermanos de los judíos son, evidentemente, los árabes, en particular los musta’ribah (arabizados) de entre ellos, ya que pueden trazar su ascendencia hasta Ismael y Abrahám.  Y de éstos surgió el Profeta árabe, de la tribu de Quraish, los pasajes de la Biblia mencionados, se refieren a él.

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